sábado, 20 de junio de 2015

Cuento oriental


"El sembrador de dátiles"
En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras. Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Eliahu sudando, mientras parecía cavar en la arena.
-¿Qué tal anciano? La paz sea contigo.
- Contigo -contestó Eliahu sin dejar su tarea.
-¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?
-Siembro -contestó el viejo.
-¿Qué siembras aquí, Eliahu?
-Dátiles -respondió Eliahu mientras señalaba a su alrededor el palmar.
-¡Dátiles!! -repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez.
-El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de zumo fresco.
- No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos...
-Dime, amigo: ¿cuántos años tienes?
-No sé... sesenta, setenta, ochenta, no sé.. lo he olvidado... pero eso, ¿qué importa?
-Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años en crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.
-Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar esos dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto... y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.
-Me has dado una gran lección, Eliahu, déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste - y diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero.
-Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tú me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto y sin embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.
-Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y es quizás más importante que la primera. Déjame pues que pague también esta lección con otra bolsa de monedas.
-Y a veces pasa esto -siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas de monedas-: sembré para no cosechar y antes de terminar de sembrar ya coseché no solo una, sino dos veces.
-Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no me alcance toda mi fortuna para pagarte...
                (Jorge Bucay, "Cuentos para pensar")

martes, 16 de junio de 2015

REPASO EN VERANO

Os recomiendo que visitéis el blog http://laeduteca.blogspot.com.es/, en él encontraréis gran cantidad de recursos para repasar el curso que habéis terminado.


Recursos para Primaria


viernes, 12 de junio de 2015

Cuento redondo: El queso

 


El cuento del queso
Este es el cuento del queso de la vieja y el viejo.
Vino el ratón y se quiso zampar el queso de la vieja y el viejo.
Y el gato quiso comerse al ratón que se quiso zampar el queso de la vieja y el viejo.
Vino el perro y quiso morder el rabo al gato cuando quería comerse al ratón que se quiso zampar el queso de la vieja y el viejo.
El palo llegó para pegarle al perro que quiso morder el rabo al gato que quería comerse al ratón que se quiso zampar el queso de la vieja y el viejo.
Entonces, el fuego quiso quemar el palo que quiso pegarle al perro que quiso morder el rabo al gato que quería comerse al ratón que se quiso zampar el queso de la vieja y el viejo.
Pero el agua vino a apagar el fuego que quiso quemar el palo que quiso pegarle al perro que quiso morder el rabo al gato que quería comerse al ratón que se quiso zampar el queso de la vieja y el viejo.
Apareció el buey para beberse el agua que vino a apagar el fuego que quiso quemar el palo que quiso pegarle al perro que quiso morder el rabo al gato que quería comerse al ratón que se quiso zampar el queso de la vieja y el viejo.

pincha aquí para saber más





jueves, 11 de junio de 2015

Y colorín colorado...

Y colorín colorado la historia de Jirafita ha terminado.

Gracias a mis niños y niñas de Primero B y a sus familias por la ilusión, ganas y esfuerzo que han puesto en la creación de este precioso cuento del cual podríamos extraer la siguiente moraleja : A veces Lo que te hace diferente también te hace especial...


No os olvidéis de seguir soñando y creando cuentos. 




La jirafita diferente. Pág.18

Estaban tan contentos que
decidieron hacer una gran
fiesta. Invitaron a todos los
animales del bosque.

Autora: Elena



martes, 9 de junio de 2015

La jirafita diferente. Pág. 17

Les hacía a todos la
merienda y era
muy feliz porque
ya nadie se reía de ella.

Autor: Borja

La jirafita diferente. Capítulo 5, pág. 16

La historia de Jirafita se acerca a su final y nos da un poco de pena.  En las próximas páginas conoceremos qué le deparará el futuro. No dejéis de leerlas porque seguro que, como era de esperar, tendrá un final feliz.

En la selva todos
estaban contentos
porque Jirafita era
muy buena.

Autora: Elisabeth

lunes, 8 de junio de 2015

La jirafita diferente, págs. 14 y 15

¡Qué suerte hemos tenido!
En esta preciosa casa
podremos formar un hogar
y acoger a los animales que estén solos.

Autor: Juanma
¡Qué bien! Jirafita será
la ayudante del
Doctor Guepardo.

Autor: Jose

jueves, 4 de junio de 2015

La jirafita diferente. Capítulo 4, pág. 13

Cuando jugaban al escondite
se encontraron una casa.
¡Qué suerte, no había nadie!
Y por dentro era preciosa...

Autor: Abdoulaye

miércoles, 3 de junio de 2015

La jirafita diferente. Pág. 12

Hola a los cuatro ¿ qué hacéis?
_ Jugando al escondite.
Pero jugar sí que puedes
¡Venga, juguemos por favor!

Autor: Felipe

martes, 2 de junio de 2015

lunes, 1 de junio de 2015

La jirafita diferente. Pág. 11

Cuando llegaron al árbol se
encontraron a una ardilla
llorando porque le dolía la
pata y ellos preguntaron:

Autora: Yaiza